ENTRADA n° 4 :
28-12-2014
TIPOS DE DISGRAFIAS.
Se puede hacer un enorme debate en torno a QUÉ ES y CUÁNTAS disgrafias
distintas podría reconocerse. Ese debate admite muchos criterios,…y desde cada
uno de ellos puede cambiar el abanico de disgrafias reconocibles. Me quedo con
lo más grueso. Hay 4 tipos de disgrafias que serían las siguientes:
1) Disgrafia por Daño Cerebral o Perturbación
Neurológica. Los neurólogos y con ellos
todos los médicos y más de algún adherente de otras disciplinas, proclaman que
la disgrafia está causada por una dificultad de aprendizaje, la que a su vez
tiene por causa a Un daño cerebral o una perturbación neurológica. Yo creo que
esto PUEDE existir, pero que en realidad existe muy infrecuentemente. Las
disgrafias por daño cerebral simplemente no existen en cantidades
significativas en la población. Lo único que puedo recomendar en esto, es que
si alguna vez un neurólogo les hace el diagnóstico de disgrafia por daño
cerebral…. le pidan las evidencias del caso; si hay antecedentes concretos, el
neurólogo va a sacar sus scanners, tomografías, resonancias etc., en las cuales
APARECE el daño cerebral en cuestión. Con esto claro, la persona queda en manos
de la neurología. Pero si “no hay” resonancias, tomografías ni scanners en los que
pueda visualizarse daño alguno, entonces fuera con esa hipótesis sin pruebas:
NO HAY tal daño cerebral.
2) Disgrafia Cognitiva-Lingüística. En ese complicado territorio de las
neurociencias, la psicología cognitivista y la lingüística se ha postulado que
la disgrafia proviene, fundamentalmente, de algunas fallas en las rutas
conectoras (fónicas, léxicas..) entre el
Pensamiento y el Lenguaje. Es difícil recomendar algo en esta materia, pero en
principio, vale lo mismo que antes: exigir las evidencias. No se debe aceptar
diagnósticos “al voleo”; se debe exigir demostraciones concretas de que cierta
ruta conectora de Pensamiento-Lenguaje no está funcionando bien,….y en seguida,
se debe preguntar por el pronóstico: ¿En cuánto tiempo pueden rehabilitar una
disgrafia de esta naturaleza?. Los
resguardos son obvios. Hay que tener evidencias claras del diagnóstico, y hay
que tener una esperanza razonable en que ESE DIAGNOSTICO tiene un pronóstico
razonablemente bueno. Si todo esto aparece claramente, la persona se pone en
las manos correspondientes.
3) La disgrafia por “dificultad de aprendizaje” es
un complicado engendro, porque todos lo usan. Neurólogos y Cognitivistas, así
como la mayor parte de quienes trabajan en esta área, creen que ciertos problemas
neurológicos son los que impiden que funcione bien el gran proceso del
APRENDIZAJE,….el niño tiene dificultades para aprender,… las que se focalizan en
ciertas funciones. Los más osados afirman que existen los “trastornos” del
aprendizaje: me permito negarlo: conozco suficientes teorías del aprendizaje
como para saber que ninguna corriente ha teorizado sobre un eventual
“trastorno” del aprendizaje. Aprendemos más o menos, bien o mal, pero el
aprendizaje NO se nos trastorna. En todo
caso, quedemos abiertos a esta hipótesis. Si alguien nos demuestra la
existencia de un trastorno de aprendizaje, y si nos ofrece un pronóstico
esperanzador, porque apuesta a que sabe curar esos trastornos, excelente. No se
trata de rechazar nada dogmáticamente, pero tampoco es razonable aceptar
categorías fantasmagóricas que no se sabe a qué puedan remitir en el mundo
real.
4) Disgrafias por disergonomía motriz. El trabajo
muscular (posturas, movimientos, fuerzas,..) de la manuscritura puede estar mal
ejecutado; si no hay una buena pedagogía, la persona puede instalarse en
pésimas técnicas de trabajo motriz que le causen la mayor parte de la
sintomatología de las disgrafias. Esta nueva manera de entender las disgrafias
es muchísimo más sencilla y optimista: detectados los errores de una ejecución
motriz inadecuada, hay que modificarlos re-enseñando a la persona para que los
haga correctamente. No se postula daños cerebrales, ni fallas en las rutas
conectoras de pensamiento y Lenguaje, ni perturbaciones cognitivas que impidan
el aprendizaje. La persona disgráfica es
perfectamente capaz de aprender bien….pero hay que enseñarle bien.
Sobre estos 4 tipos de disgrafia creo que es bueno pensar
que todos ellos pueden ser válidos, pero que hay grandes diferencias en las
proporciones con que ocurren en la realidad. Yo llevo en este tema muchos años
y me atrevo a decir que la inmensa mayor parte de las disgrafias corresponde al
modelo 4 de las disergonomías motrices,….y que las fallas neurológicas, del
aprendizaje, o de las conexiones Pensamiento-Lenguaje son, afortunadamente, muy
escasas.
No hay que ponerse
fundamentalista en ningún sentido; aceptemos al neurólogo su hipótesis causal
de los “daños cerebrales”…. cuando pueda probar que son reales; lo mismo con
los sustentadores de las dificultades de aprendizaje, y con quienes defienden a
las rutas conectoras entre Pensamiento y Lenguaje.
Más importante que probar empíricamente la veracidad y
certeza de los diagnósticos, es poder ofrecer un pronóstico positivo: que cada
perspectiva de la disgrafia declare –con pruebas empíricas siempre- cuáles son
sus porcentajes tanto en la prevalencia poblacional del fenómeno tratado, como
en la tasa de “mejorías” que sus terapéuticas ofrecen a los clientes. De poco
nos servirían teorías muy comprehensivas y certeras en sus diagnósticos….si
fueran incapaces de rehabilitar a nadie. Sería un drama tristísimo tener que decir "Sé diagnosticarlas,... pero no sé curarlas". La calidad de la teoría no puede
prescindir del éxito en sus terapias aplicadas. Sin buenas rehabilitaciones,
los discursos abstractos se van a la basura.
El debate entre distintas perspectivas para abordar un fenómeno, no
tiene necesidad alguna de vestirse de fanatismos guerreros. PRUEBE LO QUE DIAGNOSTICA
Y GANENOS EN EFICACIA TERAPEUTICA: si lo hace, capaz que me convenza y me pase
a su equipo, pero mientras yo le vaya ganando en eficacia terapéutica, quédese calladito y estudie lo que yo ya sé, porque se está viendo que mi
conocimiento es mejor que el suyo. ¿O no?
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