¿CÓMO CONTRATAR TRATAMIENTOS DE DISGRAFIA ?
Vista la situación que se vive de
ausencia de especialistas de verdad en la rehabilitación de disgrafias, se
vuelve fácil que un apoderado que no conoce este campo, termine contratando a
no-especialistas y, por qué no decirlo, a verdaderos piratas que están al
acecho, listos para ofrecer a los incautos competencias rehabilitadoras que no
tienen. Evidentemente, los títulos y los
diplomas profesionales no garantizan
especialidad alguna a sus titulares; más bien ocurre que casi todas las
mallas curriculares, forman profesionales generales y básicos, pero NO forman
especialistas. Por otro lado, hacer por
ejemplo, un doctorado en Psicología Educacional, tampoco garantiza que ese
profesional sepa rehabilitar disgrafias, ya que su doctorado puede haber
versado sobre asuntos complemente distintos a los de las dificultades de
aprendizaje y las rehabilitaciones respectivas. Las maestrías y los doctorados
son GRADOS ACADEMICOS y no especialidades profesionales.
Los apoderados que pueden
contratar servicios profesionales privados, siguen en esto recomendaciones muy
inciertas; si bien puede ocurrir que alguien recomiende a un especialista
porque LE CONSTA que sabe rehabilitar disgrafias, también ocurre que los
consejos vengan de gente inexperta, familiares y amistades que sugieren nombres
de profesionales por razones muy ajenas a la verdadera experticia de éstos. Tanto peor si la elección del especialista
no es posible, porque operan convenios y profesionales designados por
instituciones.
El peor de todos los casos
probablemente sea la recomendación entre amigos. Tres o cuatro profesionales
acuerdan compartir una clientela o “remitirse”
unos a otros los pacientes; cada uno de ellos manda al paciente, a un “súper-especialista”
en el tema. De la noche a la mañana, cuatro novatos se vuelven, por boca de sus
amigos, en grandes especialistas. Esto es una forma de fraude. No es por la vía de un “status” publicitariamente
construido como podrá garantizarse la experticia de un rehabilitador de
disgrafias.
Cualquiera sea la forma de ELEGIR
/ O / NO-PODER-ELEGIR al especialista, queda por ver CUAL SERA LA MANERA DE
CONTRATARLO. La peor forma es la “captura”
del cliente por los médicos, en nuestro ámbito, por los neurólogos. Recetan RITALIN y de ahí en adelante, “venga a
control” seis veces al año. El cliente
queda prisionero y tiene que pagar consultas, en circunstancias que lo único
que está en juego a esa altura es si el paciente se está tomando o no las
píldoras o las gotas.
En el extremo contrario, y que yo
defiendo porque lo creo justo, se debe contratar programas de tratamiento
orientados a metas específicas. La
acción de los terapeutas de cualquier tipo y la cobranza por sus servicios, no
puede ser independiente de que obtengan o no logros en beneficios de sus
pacientes. Así, propongo que se contrate un programa que DEBE PRODUCIR los
logros a, b y c, en un plazo de X semanas. Cumplido el plazo se evalúa los logros. Si se
los obtuvo, el especialista cobra la totalidad del programa. Si no obtuvo logros,
devuelve lo cobrado en una proporción a pactar.
Para mí está muy claro, después
que tengo un diagnóstico hecho, qué tanto avance voy a poder obtener de cada
rehabilitación. Siempre son logros
aproximados; es más un marcar un “nivel”
de logros que especificar obsesivamente cada pequeña ganancia
comprometida. El punto es que quede muy
claro que sin logros, habrá devolución
de cobranzas, y que con logros razonables, los pagos del cliente están
plenamente justificados.
Si el programa dura 10 semanas, lo
anterior consolida ese periodo de tratamientos, pero a la vez, le pone término
a las intervenciones rehabilitadoras, al menos en lo contractual. El cliente
podrá ir donde otro especialista si en ese momento está descontento.
Este sistema contractual puede
ser visto en la tranquilidad que le da al cliente. Logros asegurados en plazos
fijos, o devoluciones, es un trato muy conveniente para el cliente.
Pensemos ahora este mismo tipo de
contrato, pero desde la perspectiva del especialista que ofrece sus servicios
en estos términos. Para ofrecer algo
así, …hay que estar bien seguro de las propias competencias profesionales. No
tendría sentido contratar programas de tratamiento con un compromiso de devolución
de pagos si no se obtiene logros de los tratamientos. El especialista tiene
otra ventaja: su tratamiento está contratado por 10 semanas, y sabe que podrá
hacer un trabajo serio…. Que suele ser imposible si el paciente se pierde a la
tercera sesión y ya no vuelve.
En estos contratos, yo estaría
dispuesto a devolver HASTA el 50% si no obtengo logros, porque yo habría
trabajado igual, y porque no siempre sería yo el responsable del fracaso del
tratamiento. Existen muchos niños con muy escasa disciplina y que, a menos que
en su casa se maneje muy bien las motivaciones, el chico puede no interesarse en
absoluto por su propia rehabilitación, no poner empeño ni compromiso alguno. Se
entenderá que en estos casos, el especialista pudiera hasta no estar obligado a
hacer devoluciones. Es el caso de las
drogadicciones: el especialista puede poner todo lo necesario para que una
terapéutica tenga éxito, …pero si de parte del paciente no hay un compromiso,
un empeño mayúsculo por abandonarla, no habrá logros; y no será culpable el
especialista.
PIENSEN EN LA POSIBILIDAD:
PAGUEN CARO POR NIVELES DE
LOGROS A PLAZO FIJO.
ESO ES MEJOR QUE COSTOS INTERMINABLES,
POR TRATAMIENTOS INTERMINABLES
Y
POR LOGROS VAGOS, IMPRECISOS, ….
SI
ES QUE LOS HAY.
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