miércoles, 1 de abril de 2015

Entrada N° 27 01-04-2015. LA DISGRAFIA QUE NO ES DISGRAFIA


LA DISGRAFIA QUE NO ES DISGRAFIA.

Este título es lógicamente imposible, falso, porque transgrede el principio de Identidad. 

Si # es igual a #, ……ENTONCES,…… # no puede ser distinto de #.   Siendo # cualquier cosa o concepto que usted quiera considerar, en este caso, la disgrafia.

Pero aunque usted no lo crea, muchos especialistas nos ponen ante este problema, cuando nos ofrecen definiciones imposibles para la disgrafia. No puedo abordar todos los casos imaginables, pero comentaré los principales.

Bien en el extremo, las personas muertas no escriben,..... pero no son disgráficas. Esta afirmación, con la que es fácil estar de acuerdo, nos ofrece el argumento “por absurdo”.  Entendemos que sería absurdo decir que los muertos son disgráficos porque no escriben.

La clave de esta cuestión, y saliéndonos ya de los extremos del absurdo, es que hay problemas MAYORES que otros, que abarcan más, o que actúan a niveles de más alta jerarquía que otros.  En este sentido, lo que afirmamos del Todo, vale también para sus Partes, pero no al revés: lo que caracteriza a la Parte, no necesariamente caracteriza al Todo. Si yo digo que los dientes están formados de un material durísimo, rígido y escasamente sensible, eso es cierto del diente, pero no es cierto de todo el cuerpo de ese animal cuyo diente elegí describir.

Neurólogos, psiquiatras y otros profesionales que siguen a la neurología en esto, entienden que:

la disgrafia es producto de un daño cerebral…..
que se manifiesta como…..
perturbación neurológica…….la que implica….
dificultades de aprendizaje  ……
que se expresan como…..
DISGRAFIA: problemas de graficación.  

Consecuentes sólo a medias con esta cadena de causalidades, que es su manera de entender la disgrafia, suelen recetar Ritalín o algún fármaco similar, el que actúa a nivel de sistema nervioso–cerebro, en las causas más profundas, y no tiene capacidad alguna de mejorar la estilística de las grafías que traza a lápiz la persona.

De vuelta en el problema lógico:  lo anterior es casi como si me dijeran que la disgrafia es un daño cerebral……que dificulta la manuscritura.

Ojo que, en un 3% a 5% de los casos, semejante afirmación parece ser cierta.  El problema es que resulta falsa en el restante 95 a 97% de los casos. Y este es quizás el principal drama conceptual-teórico con que nos estrellamos al intentar comprender la disgrafia. Porque resulta que si un rehabilitador ergonómico de disgrafias como Yo, toma a esos niños disgráficos diagnosticados como “daños cerebrales” y mal-tratados con Ritalín,….y les enseña a escribir de una forma distinta  a la habitual para ellos, más del 90% de esos niños disgráficos superan sus disgrafias en pocos meses de trabajo.

¿Se capta el problema?: por un lado se nos dice que la causa de la disgrafia es el daño cerebral.  Si dejamos entre paréntesis esa afirmación y empíricamente rehabilitamos a esos mismos disgráficos SIN TOCAR PARA NADA al cerebro,….tenemos que inferir que…..la causa no era el daño cerebral, visto que hemos logrado superar esas disgrafias sin tocar para nada a la causa “daño cerebral”.

Alguien pudiera objetarnos que, en muchos casos, existen dos y más formas para lograr el mismo resultado.  Podemos viajar hacia un mismo destino tomando diferentes rutas y usando distintos medios de transporte; podemos librarnos de los dolores de cabeza ya sea con fármacos, o alternativamente, controlando la dieta y haciendo mucho ejercicio.

Pudiera ser que el daño cerebral que los neurólogos suponen que causa la disgrafia, fuera susceptible de ser superado por el Ritalín, y también por nuestra rehabilitación ergonómica.  Pero esto tiene dos objeciones empíricas gigantescas:
a)    Yo podría hacer rehabilitaciones ergonómicas a muchas personas con daño cerebral,….y ninguna de ellas se curaría porque, en general, los ejercicios ergonómicos no sirven para restaurar daños ni heridas cerebrales.
b)    Tenemos un problema peor aún: a muchos disgráficos se les ha dado Ritalín por años, ….y siguen igual de disgráficos.

Algo anda muy mal en las relaciones entre los términos Daño Cerebral, Disgrafia, Rehabilitación Ergonómica.  (para no meter a otros términos) tal como están planteadas en la mayor parte de las teorizaciones actuales.

O sea, no estamos ante el caso de que dos procedimientos pueden servir para un mismo propósito. Todo indica que estamos ante dos fenómenos diferentes, a los que sólo muy marginalmente podemos relacionar el daño cerebral y las rehabilitaciones ergonómicas, simultáneamente.

Voy a hacer un rodeo argumental para acercarme al problema desde la otra perspectiva. Es como ver el túnel, ahora, desde su otra boca de entrada.

Acéptenme por ahora, en términos puramente provisorios e hipotéticos, que NO EXISTE UNA DISGRAFIA, SINO TRES DISGRAFIAS  DIFERENTES.

Disgrafia 1:  La causa es un daño cerebral y mejora mucho con Ritalín.

Disgrafia 2:  No hay daño cerebral. La causa es un mal aprendizaje de procesos cognitivos que mantienen una desarticulación o una descoordinación entre procesos de Pensamiento, de Lenguaje, o de otros procesos ejecutivos. La pueden rehabilitar psicoterapeutas cognitivos y a veces psicolingüistas y otros especialistas en Lenguaje.
Son útiles aquí dos ejemplos: a) Demóstenes era tartamudo, y logró auto-rehabilitarse de su tartamudez, simplemente echándose piedrecitas a la boca y ensayando discursos largos y complicados en estas difíciles condiciones que le ponían las piedrecitas; b) Todos los zurdos que fueron y aún son derechizados.  Inicialmente, ni Demóstenes ni los zurdos tienen daños cerebrales, y ambos logran salir adelante en sus respectivos problemas, sin Ritalín. La explicación sería que sus problemas eran “cognitivamente coordinables”, y que es esta re-coordinación la que opera como causa de su rehabilitación.

Disgrafia 3. No hay daño cerebral ni tampoco hay descoordinación entre procesos cognitivos superiores. Su causa es un aprendizaje inadecuado de las técnicas motrices con que la persona ejecuta su manuscritura;  las inadecuaciones de estas técnicas terminan lesionando a la persona y deteriorando los productos que ella escribe en varios sentidos. Se puede rehabilitar , enseñando a esos disgráficos una distinta técnica o estilo de manuscritura que no incurra en la disergonomía de la que antes usaban.  Y ahora vienen el drama y la solución juntas:

Disgrafia 1:
daño cerebral
Disgrafia 2: descoordinación procesos cognitivos
Disgrafia 3:
técnicas disergonómicas de manuscritura
Son el 5% de todas las disgrafias
Son el 5% de todas las disgrafias
Son el 90% de todas las disgrafias.


Los porcentajes son aproximados y pueden variar un poco en distintas poblaciones.

Existe una proporción pequeñísima de “disgrafias mixtas”,…. en las que podemos encontrar simultáneamente dos de las anteriores, y hasta las tres juntas en un mismo sujeto.

Lo que me interesa en esta argumentación y en este análisis es que, aun mirando el problema desde las dos entradas al túnel,  nos encontramos con que la inmensa mayoría de las disgrafias no están causadas por daños orgánicos y no se curan con Ritalín,  lo que refuta severamente al discurso neurológico, y en cambio, aparece una nueva categoría de disgrafias ergonómicas rehabilitables con un proceso de reaprendizaje de técnicas motrices ergonómicas para la manuscritura.  Dejo por ahora a la espera el caso de las disgrafias cognitivas. El gran debate es el de las digrafías 1 y 3.   ¿Daños cerebrales o malas técnicas motrices?, ¿Ritalín o rehabilitación ergonómica?.

Vuelta a las definiciones iniciales.  Cuando se parte con una definición de daño cerebral….que se expresa como disgrafia…... quienes lo hacen están en lo correcto en el 5% de los casos pero se equivocan en el 95% restante.  Cuando se parte de una definición de la disgrafia como las consecuencias de técnicas motrices disergonómicas de manuscritura, se está en lo correcto el 90% de las veces y se falla en el 10% de los casos.

Haré un último argumento.  Supongamos que todas mis elucubraciones e interpretaciones teóricas están equivocadas; supongamos que nadie sabe nada a nivel de las explicaciones de fondo para lo que ES la disgrafia. Aun así, la eficacia práctica de las terapéuticas  es constatable de las formas empíricas más concretas. Si medimos Antes, y medimos Después de los tratamientos respectivos, las eficacias terapéuticas coinciden con lo que hemos señalado: Ritalín 5% de éxitos; Rehabilitación ergonómica 90% de éxitos.  Este sólo acumulado de hechos concretos, nos obliga a INDUCIR teorías muy distintas a la teoría actualmente dominante de la disgrafia, que no es otra que la teoría neurológica del daño cerebral.

De todo lo anterior, el lector debe reflexionar calmadamente hasta lograr las reestructuraciones conceptuales a que esto lo obliga,… si acaso lo acepta como válido.

Se comprenderá ahora la dificultad de esta Jornada. Estamos proponiendo trabajar con un concepto de disgrafia que es contrario en muchos aspectos  a la teoría neurológica actualmente dominante en este ámbito de fenómenos.  Ciertamente, en estas circunstancias vamos a chocar no sólo con las definiciones básicas, mucho más grave es que choquemos contra el Ritalín,….pero al mismo tiempo que esto es un problema, también es una maravilla a nuestro favor: quienes trabajan cerca del ámbito educacional o dentro mismo de éste, saben muy bien que las manuscrituras de un 8° Básico son un desastre, aunque esos niños vengan tomando Ritalín desde 3° Básico; es decir, los profesionales de la educación YA SABEN  que el Ritalín no es solución, y en esa medida, podemos esperar cuando menos que miren con buenos ojos a esta nueva propuesta que, por lo menos no se empeña en convencerlos… de lo que ellos saben que es falso.

Cabe, entonces hacer una breve revista a esos muchos casos de daños cerebrales y otros problemas parecidos que, aunque produzcan efectos similares a una disgrafia, no son disgrafia, porque son algo MUCHO MAYOR, algo que se encuentra instalado en niveles distintos, por lo general más altos, que las verdaderas causas de la disgrafia.  Decíamos que un cadáver no es disgráfico….pese a que no escribe.

Una persona con Alzheimer no es disgráfica. A lo mejor olvidó todo el lenguaje y olvidó lo que era escribir; eso es mucho más y mucho peor que disgrafia.

Una persona con mal de Parkinson tiene un temblor en su mano que le hace absolutamente imposible escribir medianamente bien, pero no tiene disgrafia, tiene Parkinson.

Una persona que sufre la amputación del brazo con que escribía no es disgráfica, aunque sus problemas para escribir  con la mano que le quedó se van a parecer mucho a una disgrafia.

Los escolares que se quiebran un brazo no son disgráficos, aunque sus brazos enyesados les causen complicaciones incluso peores que la disgrafia.

Un drogadicto que vive intoxicado por drogas y alcoholes, no logra hacer buena manuscritura, pero no es disgráfico; los temblores de sus manos vienen de la drogadicción.

La distonia es una enfermedad en la que los sujetos pierden abruptamente toda su tonicidad muscular en partes específicas del cuerpo. Cuando esto les ocurre en sus manos, ellos no son disgráficos sino distónicos.

Personas con tendinitis o con desgarros musculares en su mano de escritura, no son disgráficos aunque sus incapacidades se asemejen mucho a una disgrafia.

A las personas hemofílicas puede ocurrirles que, al golpearse fuertemente una mano, se les haga un hematoma que pone sus manos como “empanadas” rígidas por la pura congestión sanguínea  de sus manos. No son disgráficas,….son hemofílicas.

La Artritis es una enfermedad degenerativa que afecta las articulaciones entre algunos huesos; si esto afecta a las manos se pueden producir efectos similares a los de una disgrafia, pero la artritis no es disgrafia.


La lista podría seguir casi interminablemente. Lo que trato de argumentar con todos estos casos y señalamientos, es que EL DAÑO CEREBRAL NO ES DISGRAFIA, salvo en muy especiales e infrecuentes casos. Hay infinitos daños cerebrales que no se expresan como disgrafia. Siendo esto así, pido a todos que se abran a nuevas teorizaciones sobre la disgrafia, y que estén especialmente alertas al argumento empírico. Cuando las disgrafias resultan rehabilitadas….algo debe haberse hecho en el sentido correcto y necesario. Eso es lo que tenemos que teorizar para llenar el vacío que nos dejan esos “daños cerebrales” que los scanners, las tomografías, las resonancias magnéticas ni ninguna otra “imagenología” cerebral puede detectar. 

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