martes, 24 de febrero de 2015

ENTRADA N° 23. 24 DE FEBRERO DE 2015 : USO DEL DIAGNOSTICO.

ENTRADA N° 23.    24 DE FEBRERO DE 2015 :    


USO DEL DIAGNOSTICO

Podemos equivocarnos en las cuestiones más simples y obvias.  Eso es lo que muchas personas hacen en materia de los diagnósticos de las Dificultades de Aprendizaje y de las Disgrafias.

Las personas se preocupan de contar con diagnósticos, solo cuando YA SABEN que algo anda mal. Lo que de verdad quieren, es saber QUÉ HACER respecto de eso que anda mal.  De modo que mucha gente se enfrenta a dos preguntas: ¿Cuál es el Problema?.......¿Qué corresponde hacer?.

De lo anterior se deriva bastante obviamente, que el interés de los diagnósticos sólo radica en que PUDIERAN mejorar nuestras decisiones respecto del QUÉ HACER.  Nadie pide diagnósticos para enmarcarlos y colgarlos en la pared. Sin embargo, la gente suele comportarse de acuerdo a otras ideas.  Una vez que tienen el diagnóstico, se aferran a él y lo convierten en la identidad más profunda de las personas diagnosticadas. "Mi niño ES disgráfico". Y de ahí no van a salir fácilmente.  Este diagnóstico de por vida es perfectamente absurdo, falso.

Adoptado ese diagnóstico, la gente "hace" lo que se le indica, en altas proporciones. En el caso de la disgrafia, los apoderados suministran Ritalín al hijo escolar. ¿Es esta una buena decisión? NO necesariamente. Depende.  Yo diría que en principio, siempre es buena decisión acatar lo que indican los especialistas; sin embargo, eso no queda "para siempre" como un dogma inmutable. Aunque parezca estúpido decirlo, ... a veces las personas SE MEJORAN,....y entonces, ya no corresponde seguir aplicando las terapéuticas.  Por el otro lado, a veces los tratamientos NO SIRVEN para algunas personas,....y tampoco en este caso es muy inteligente mantener por décadas su aplicación.   O SEA : HAY QUE ACATAR LO QUE DIGAN LOS ESPECIALISTAS SOLO MIENTRAS PAREZCA RAZONABLE.

Y ahí viene el problema: ¿Cómo puede saber, un no especialista, hasta cuándo debe acatar lo que los especialistas le digan?   No puedo dar criterios que sirvan para todos, cualquiera sea su problema. Me limito a la disgrafia.  Los padres y apoderados deben acatar las instrucciones de los especialistas POR CUATRO MESES;  transcurrido este tiempo, SE REVISA LOGROS.  Si las terapéuticas indicadas están produciendo logros valiosos, le volvemos a dar cuatro meses de FE a esos especialistas que están manejando el caso, pero....... SI TRAS CUATRO MESES DE TRATAMIENTOS NO HAY LOGROS VISIBLES,......se vuelve razonable dudar de la competencia de ese especialista.  Quizás el caso no corresponde a las áreas que él domina; quizás se trata de un caso más complicado que los que él conoce bien.  En el más frío argumento, NO TIENE SENTIDO PAGAR POR NO TENER LOGROS.

De modo que podemos entender que estamos en una especie de competencia deportiva donde cada especialista tiene que mostrar sus logros públicamente.  Cada especialista tiene derecho a inscribirse en la carrera de su especialidad, y lo dejaremos correr.  Pero si no es capaz de llegar a la meta....tenemos una evidencia clara para no creer que él sea bueno en esa prueba.

Si un  disgráfico motriz trabaja conmigo dos horas semanales, durante 15 semanas, es decir, después de 30 horas trabajadas, yo VOY A TENER LOGROS CLAROS.  Si no los tengo, se deberá a que equivoqué el diagnóstico: estoy ante un caso que superó mis competencias.  

DE NUEVO :   si en 30 horas no tengo logros.....me equivoqué en el diagnóstico y, por supuesto, apliqué rehabilitaciones impertinentes.  ¿Está claro?  Ni siquiera los especialistas entienden esto, de modo que permítanme insistir.  Suena "raro" que uno descalifique su propio diagnóstico,....a partir de la no-obtención de mejoras en la rehabilitación. PERO ESTO ES LO MAS RAZONABLE DE TODO. Los especialistas aplicamos tratamientos en los que confiamos, porque los hemos aplicado con éxito muchas veces antes; si no fuera así, no aplicaríamos ese tratamiento. Y si confiamos en los tratamientos aplicados, ¿Cómo explicar que no haya logros?..... hay una sola respuesta:  ME EQUIVOQUE EN EL DIAGNOSTICO y por eso resulta inútil el tratamiento.

Los apoderados no tienen que creer ciega y eternamente en los diagnósticos. Estos sirven solo como un punto de partida. A mitad del tratamiento, las cosas debieran haber cambiado más de algo, y entonces, ESE DIAGNOSTICO ya no vale exactamente lo que valía unas semanas atrás, porque hemos logrado que la situación cambie, y por ende, de hacerse un  nuevo diagnóstico, tendría que resultar distinto a aquel de hace algunas semanas.  Pero la gente no entiende esto. se aferra a su diagnóstico eterno y aplica dogmáticamente un solo tratamiento hasta la eternidad. Grave error. (He sabido de escolares que tomaron Ritalín por ¡¡¡SIETE AÑOS!!!

Por otro lado, los especialistas no mantenemos un diagnóstico rígido y permanente. En cada sesión de trabajo vamos captando algún detalle más que enriquece, y a veces hasta implica cambios, respecto de nuestro diagnóstico inicial. A la Sesión 15, tenemos un diagnóstico bastante diferente del que informamos inicialmente. LA GENTE ADORA ESOS DIAGNÓSTICOS PUESTOS EN UN INFORME ESCRITO Y FIRMADO. Los guarda como algo muy preciado sin entender que ESO que dice ese papel....debería ser falso en pocas semanas....porque las rehabilitaciones van a introducir cambios, mejoras. 

Hay un caso en que mi argumento falla: pudiera ocurrir que un problema BIEN DIAGNOSTICADO, simplemente no tiene cura. En este caso, también nos sirve el criterio de las 30 horas; descartamos ese tratamiento por inútil, y emigramos a otros tratamientos. Si a vuelta de bastante insistir por uno y otro especialista, sigue sin aparecer un tratamiento eficiente, tendremos que admitir que, independientemente de los diagnósticos que hayamos realizado, lo concreto es que el problema no está en los diagnósticos,.... sino en el hecho de que no hay tratamiento eficaz disponible. 

MORALEJA:   Crean más en los logros de rehabilitación que en las etiquetas diagnósticas.  Tras 30 horas de trabajo, los LOGROS QUE DEBIERA HABER son un criterio de juicio infinitamente más racional y poderoso que cualquier cosa que haya dicho el diagnóstico inicial.

El discurso bíblico tiene una frase muy pertinente a esto:  POR SUS OBRAS LOS CONOCEREIS.   y no por sus discursos ni tarjetas de presentación.

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